Trasnochar
escrito por María del Mar Saldaña
Existen unas investigaciones científicas asegurando que, para que el sueño sea profundo, continuado y reparador, se han de dejar de utilizar los dispositivos electrónicos al menos dos horas antes de irse a dormir. Esta teoría suelo comprobarla todas las noches pues, desde que aparecieron los teléfonos móviles, sufro de insomnio crónico. No es hasta las cinco de la madrugada cuando entro en la fase REM, por lo que dispongo de varias horas para deambular por la vivienda antes de irme a la cama. No sé por qué, pero la primera noche que mi esposa me pilló levantado, me hice el sonámbulo. Desde entonces, cree ciegamente que me despierto dormido. Al principio me gustó esa sensación de estar a mi aire, solo, sin estarlo. Pero las tornas han cambiado. Y ahora es ella la que pasa las noches sintiéndose “sola en casa”, bueno, sola no, en compañía del vecino de enfrente.
