Adulterios
escrito por María del Mar Saldaña
A mi esposo le diagnosticaron un trastorno de disociación tras cuarenta años de matrimonio provocada por la jubilación. De súbito, me encontré casada con mi marido y con Antoine, un chef parisino que emergía de él todos los lunes. Al principio me resultó algo violento compartir casa y cama con un extraño, su otra personalidad era completamente distinta, pero cocinaba muy bien, así que terminé adaptándome. Al poco tiempo apareció Peter, un escritor inglés, que se adjudicó los miércoles y las conversaciones trascendentales. Luego llegaron Giovani, un diseñador italiano y Johann, montañista alemán, repartiéndose los martes y los jueves. Los demás días, mi cónyuge hacía acto de presencia. Todo parecía marchar bien, hasta ayer, cuando encontré en el despacho unas cartas desconcertantes. «Hay que matar al ruiseñor.» Escribió el británico. «Yo cortaré la carne.» Contestó el francés. Ahora no paro de pensar si habrán descubierto que estoy liada con todos.