Supersticiones
escrito por María del Mar Saldaña
Soy un hombre de manías raras, obsesivas, casi enfermizas. No lo puedo evitar. Me dan así, de repente, sin previo aviso, como al que le da un estornudo o un ataque de tos, y lo mismo que vienen se van. Tengo la sensación de que, si no cumplo con las excentricidades de mi mente, algo malo me va a suceder. Así que, por si acaso, las sigo todas a rajatabla. Por ejemplo, esta mañana me ha dado por no pisar las juntas del pavimento. Iba por la calle tan concentrado saltando las líneas que, de súbito, me he visto rodeado por varias aceras de adoquines, siendo imposible no poner el pie en alguna de sus rayas. Al no manifestarse otra rareza, tras varias horas paralizado, he quebrantado mi propia norma, consciente de que alguna consecuencia me iba a acarrear. Cuando he llegado a casa, estaba calcinada. ¡Lo sabía! ¡Maldita superstición!
